La selenita es un tipo de yeso cristalino que se encuentra en formas transparentes a translúcidas, con una tonalidad blanca a veces con un ligero matiz de otros colores, como el amarillo o el naranja. Además de su belleza estética, la selenita es valorada por sus propiedades energéticas y espirituales. La selenita tiene la capacidad de promover la claridad mental y la concentración, al trabajar con esta piedra, algunas personas sienten que les ayuda a aclarar sus pensamientos y a enfocarse en sus objetivos. Se considera una piedra de purificación que puede limpiar y purificar tanto el cuerpo como el espacio que la rodea. Se, absorbe y disipa la energía negativa, dejando una atmósfera más serena y equilibrada. Ayuda a abrir el chakra corona, lo que permite una conexión más profunda con la sabiduría divina y la guía espiritual. La selenita se considera una piedra protectora que puede ayudar a mantener el campo energético de una persona o espacio libre de influencias negativas. Algunas personas colocan piezas de selenita alrededor de su hogar o espacio de trabajo para crear un escudo energético, tiene una energía suave y tranquilizadora que promueve la calma y la paz interior, al meditar con esta piedra o llevarla consigo se experimenta una sensación de serenidad y equilibrio emocional.
La esfera de selenita es una obra de arte natural que combina la belleza única de la selenita con la forma perfecta y armoniosa de una esfera. Tallada con precisión a partir de cristales de selenita de alta calidad, esta esfera emite un brillo suave y translúcido que ilumina cualquier espacio con una calidez serena. Cada esfera de selenita es una pieza única, con patrones naturales y sutiles variaciones de color que la hacen verdaderamente especial. Su suave resplandor y su textura suave crean una atmósfera de calma y tranquilidad, ideal para espacios de meditación, salas de estar o dormitorios. Además de su belleza estética, la esfera de selenita también se asocia con propiedades curativas y energéticas. La selenita ayuda a limpiar y purificar la energía de su entorno, promoviendo la claridad mental, la paz interior y la armonía espiritual.
Dado que la selenita es una piedra frágil, es importante protegerla de golpes y evitar la humedad para preservar su belleza. Para mantener su brillo, simplemente límpiala con un paño suave, seco y que no contenga color para que no manche la piedra.
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